No soy excepcional, no hice nada en mi vida pero he amado muy fuerte
- Vin Diesel -
Lo que he amado muy fuerte, entre otras cosas, es la pequeña reina (como se le dice aquí) y todo lo que le acompaña alrededor.
A 3 años, mi padre me ofreció un triciclo, un presagio de lo que iba a ser mi futuro handbike. Yo pedaleaba como un loco dentro del piso o en casa de mi primo que vivía no muy lejos de mí. Ninguna discapacidad. Era imprudente como todos los niños. Estaba todo el tiempo con los codos y las rodillas rascados. En aquellos tiempos era el ciclista Bernard Hinault, le decían "el tejón", quien dominaba las vueltas y otros eventos, pero a mí me interesaba poco, más bien era el fútbol, Platini, Maradona.
Después, tuve esa famosa bicicleta roja a la cual mi padre le quito las ruedas laterales. Empecé a montar en la bicicleta solo a mis 5/6 años. Papá me acompañaba a un parking desierto el domingo. Él, en continuo me decía "que mires enfrente de ti así podrás más fácilmente evitar un obstáculo". Y es verdad, tenía razón. Me iba solo tratando de guardar el equilibrio. A veces me partía la cara, otras veces era capaz de permanecer bien en línea. Mi padre fue el primer testigo de mis vueltas de ruedas...
Siguiendo tuve una BMX con el marco cromado y ruedas que tenían 22 pulgadas. Recuerdo que un día, un joven del barrio, mayor que nosotros de algunos años, tenía por costumbre de atraparnos con una mano por el marco del sillín, y de la otra por la barra del manillar. Nos levantaba en el aire y nos revoloteaba a toda velocidad, salvo que en la excitación, me olvidé totalmente que la barra del manillar podía fácilmente salirse. No estaba soldada al marco, y me hizo girar tres veces. Obviamente la barra se salió e hice un deslizamiento, afortunadamente sin daño pero me hizo gran miedo...
Más tarde tuve otra BMX verde, algo más grande, el manillar estaba soldado, pero no paseaba con mis amigos. Tenía ruedas con llantas de aluminio y frenaba solo con dos dedos lo que resultaba más fácil para arrestar. Lo utilizaba por ir al Instituto...
Quería comprarme mi primera bicicleta de carrera, pero en el momento mi padre me aconsejó de optar por una bicicleta de montaña, un poco más pesada que una bicicleta de carretera tradicional. Conseguía mantenerme en mejor equilibrio a pesar de mi enfermedad. A demás las bicis de montaña en aquella época estaban muy de moda y como tenían triple plato, para las subidas era más fácil. A veces me divertía incluso fuera de carreteras por rodar un poco en el bosque. Tenía por único amigo nada más que la compañía de mi bicicleta. Es por eso por lo que hablo tanto de ella, horas y horas de esfuerzos por todos tipos de tiempos, la lluvia, el frío, y el calor...
Pronto me di cuenta de que no tenía el mismo nivel que los compañeros de mi edad. Un día que venía de Pégomas, llegando a Mouans-Sartoux, me sentí realmente bien, estaba subiendo con buen ritmo. Tres ciclistas aparecieron detrás de mí, seguramente un entrenador y sus dos alumnos porque llevaban todos las camisetas del club de Cannes. Estábamos al pie de una cuesta, los tres ciclistas estaban lanzados con un ritmo loco. Había un joven, 13 años de edad y una chica igual, me lanzo una mirada burlona, así como:"Qué está haciendo éste, equipado con la panoplia del Banco de España, patrocinador oficial del equipo de Miguel Indurain, con su casco y gafas de sol" ¡ Esto me enfrió !
Los datos biológicos del cuerpo humano me interesan mucho. Capacidad pulmonar hasta los 4,5 litros en una expiración. Tuve un fisioterapeuta que me hizo trabajar la respiración con un expirómetro. Mi limite anaeróbico es de 180 pulsaciones por minutos. Actualmente con mi beta bloqueo subo alrededor de los 135 durante un esfuerzo de culturismo. Ya he usado durante 24 horas un Holter que registra las pulsaciones, así que a las 5 de la mañana consiguió cogerme en exceso de velocidad lenta, al ritmo de 48 pulsaciones, mientras que aún no había comenzado mi tratamiento. El corazón crece en los deportistas, y transita más sangre con menos latidos. Por esta razón éstos disminuyen al reposo. Llevaba también un monitor de ritmo cardiaco, una correa de pecho que transmite el pulso en tiempo real a un reloj, y por si acaso pasaba el límite, una alarma se activaba. Cuando pasaba, necesitaba estar tranquilo o calmarme, tal vez fue en esos momentos donde tuve como un infarto que se relaciona con la enfermedad...
Yo me consideraba como un as de la bici pero, tal vez, la vestimenta era un poco chillona. A menudo los deportistas tenemos todo nuestro ritual al comienzo de una competición. Por mi parte es antes del entrenamiento a bicicleta. Yo controlaba, como un maniaco delante del espejo, si mis pantalones estaban bien colocados, sin un pliegue, con las letras bien rectas, posicionadas en la marca del bronceado. Lo mismo para la camiseta. Cuidaba estar bien afeitado de las piernas para evitar los problemas de higiene, pues en caso de caída es más fácil si se debe limpiar. También es una cuestión de estética, pues el músculo sin pelo es más bonito.
Otra manía insignificante, cuando me ponía mis calcetines, no debían subir demasiado alto, sólo a nivel del tobillo. "Es siempre los mismos gestos, primero la pierna derecha, calcetines, zapatos". Como el tenista Rafaël Nadal que alinea metódicamente sus botellas de agua, o que repone los calzones cortos en su lugar. Todos estos rituales son indispensables para entrar en la concentración, es por eso por lo que hoy aún conservo algunas particularidades cuando mis asistentes se ocupan de mí...
Otro día, estaba rodando en el anillo de velocidad de 900 metros en Cannes la Bocca. Era un miércoles por la tarde y los jóvenes corredores del club de Mandelieu se entrenaban solamente con una pierna. No es que eran inválidos, sino que es una técnica para obtener más potencia. El joven sobre una pierna estaba delante de mí y me costaba seguirlo con mis dos piernas.
Unos años más tarde conocí a unos ciclistas minusválidos. Es otro mundo. A fuerza de rodar solo, yo estaba obsesionado por la potencia que irradiaba de Miguel Induráin. Incluso se me ocurría imitar su postura o la forma de llevar su gorra. A veces me quitaba el casco para poner la gorra, siempre esta pinta un poco chula. Incluso habían pedido al instituto que me eximieran del deporte, así lo aprovecharía yo para subirme
a bicicleta, mientras que los otros alumnos corriesen o jugasen al balonmano. En esa época, no lograba correr bien, me sentía mucho mejor en una bici, y no podía soportar la idea de hacer deporte en un perímetro tan pequeño.
Hoy no tengo más remedio, cuando veo el magnífico sol que hace a fuera, me digo que hace poco tiempo hubiera cogido la bici. Qué sensación terrible, estoy obligado y forzado a practicar un deporte al interior, o aún salir en frente de mi terraza. Pedaleo a veces aun en casa bloqueando la rueda delantera de mi handbike en los cilindros del entrenador mecánico. Mantengo todavía una poca actividad física, pero tengo
que motivarme aun mas y cuando hace frío en invierno, la estimulación es menor, mejor hacerlo tranquilito !
Hubiera podido empezar una carrera handisport cuando estaba estudiando en Grenoble, pero no tenía mi bici y rápidamente perdí la costumbre de pedalear. También contacté la sección tándem de Grenoble handisport, pero no traté de perseverar porque no hacían carreras en línea, sólo por diversión, y yo quería a todo coste competir con otras personas minusválidas...
Richard (El famoso corredor del tour de Francia) dio su nombre a la aficionada carrera "La Virenque del Verdon". Un recorrido muy montañoso de cerca 180 km. Aún abrió el camino para este giro, y él termino la prueba con un avance de media hora sobre los primeros. Hubiera podido participar a un circuito más pequeño de 60 km, además, todavía no tenía mis 18 años ni todos mis dientes. En efecto me rompí la dentadura en dos ocasiones, tal vez quedé un poco inválido de los dos dientes delanteros. La primera vez en España en la piscina. Tropecé en el pediluvio, causándome una pérdida de equilibrio y mordí con fuerza en el bordillo de la escalera. ¡Ningún daño! La otra vez en la ducha. Estaba descalzo, es mejor para lavarse ya que estamos con equilibrio precario. Otro diente de menos. Mira que bien, ahora llevo dos dientes en cerámica!
Richard hizo la gran vuelta como decíamos, y lo apercibí nada más que dos o tres veces en el tour... De verdad, solo con él fue en la línea de meta en Moustiers-Sainte- Marie. Firmaba autógrafos en un stand. Me tomaron una foto y me dedico un poster. Todavía tendré la oportunidad de verlo muchas veces...
Más tarde, la decisión fue tomada. Mi padre y yo esperábamos nuestro primer tándem fabricado según nuestras medidas. Resulta mucho mejor rodar con su propio material. La empresa Folis elaboró el tándem. Fuimos recomendados por Pierrot y Madeleine que practicaban mucho el ciclo turismo. Hicieron varias ascensiones de altos puertos como el Galibier, o el Iseran...
El día que lo obtuvimos, lloré de alegría. Ya me veía yo pedaleando en la parte superior de los puertos principales. Mi padre y yo precisamente tenemos la morfología adecuada para subir dichas montañas. Mi padre con apenas un poco más peso que yo, y más alto. Hoy esto ya ha cambiado. Creo que debo pesar más que mi padre. Con el culturismo he tomado un poco más músculo y un poco más grasa en el barrigón. No es de mi culpa. Mi súper mamá me prepara buenas comidas y me dice:"aquí tienes, te he hecho un plato como te gusta sin aceite, porque sé que haces atención a tu línea"
Como el tándem fue hecho a nuestras medidas, el precio voló hacia arriba fatalmente. Equipado con llantas estrechas, frenos dobles especiales, desviador de velocidades, tubos de sillines perfilados, pedales automáticos como los corredores de la élite. Me encanta el movimiento que se realiza con el talón para operar el desenganche de los pedales. Me puse zapatos con cuña incrustada en la suela para que sea más fácil andar, otra recomendación de Pierrot y Madeleine...
Yo comenzaba ya más al diario a utilizar mi silla de ruedas. Era tan cabezón que negaba la idea de no poder servirme más de mis piernas. Todavía podía hacer unos pasos, pero inevitablemente tenía que tener un punto de apoyo. Recuerdo que un día fuimos al lago de Thorenc a bicicleta e hicimos un picnic familiar por la región trasera de Grasse. Mi padre y yo en el tándem acompañados de Pierrot y Madeleine. Recuerdo la risa loca que tuvimos al regreso. Como estábamos pedaleando a un ritmo enérgico, (en tándem bien lanzados podemos acercar los 45 km/h en lo llano) sólo permanecía el silencio majestuoso de la montana, repentinamente un leve temblor diabólico vino rasgando el silencio que reinaba... Este ruido se disipó rápidamente a través el lycra ciclista, pero yo estaba atrás. Qué más natural, cuando se hace un esfuerzo en altitud almacenamos más aire en los pulmones y todo no se escapa que por la nariz. Ya veis lo que quiero decir ?...
Bajábamos las carreteras a 60/65 km/h. Papá es la única persona en que tenía absoluta confianza. Trataba de no moverme para evitar el porrazo. Afortunadamente nunca hemos caído. Por nada del mundo se debía molestar al piloto del tándem porque teníamos dos pedales dependientes los unos con los otros, y había que pedalear a la misma cadencia. Un día por poco nos íbamos a tierra.
Cuando estuvimos en el lago de Paladru, cerca de Grenoble, un lugar hermoso, nos fuimos de camping y mi padre trajo el tándem. Casi tuvimos una caída al intentar coger el botellín de agua con una mano, y esta vez no advertí de la maniobra. Mis piernas de repente se me bloquearon, mientras que mi padre continuaba pedaleando, y me encontré propulsado hacia atrás fuera del sillín. Hubiera podido hacerme mucho daño en mis partidas intimas, al recobrar violentamente mi asiento. Nos salvamos del desastre. Me destrocé el pantaloncillo ciclista, vacilamos en la carretera, afortunadamente no había ningún coche y eso también porque íbamos rodando tranquilos.
Unos días después, había planeado de hacer Grenoble - Saint Marcelin con dos ciclistas discapacitados del club de Echirolles, pero grande fue mi decepción. Llovió toda la noche y al amanecer el día, la salida fue anulada. Tal vez no tenga otra oportunidad de rodar con René Mistral o Patrick Céria, todos dos amputados. Para René lo está justo a nivel del fémur y Patrick a nivel de la tibia. Llevaba una prótesis para
reemplazar su peroné por una hoja de carbono en forma de J, ajustada con precisión sobre su muñón. Me hacía pensar a la película Terminator.
Finalmente, la lluvia paró, dejando imponerse el sol. Nos llevamos el tándem en el coche y cayó bien. Sólo hicimos una vuelta en Saint Marcelin. Fue un día de demostración de deportes para discapacitados. Estaba en la parte posterior del tándem y quedé muy impresionado.
Este día de julio de 97, volví a los Alpes d'Huez para asistir a la victoria de la etapa del fallecido y memorable "pirata" el italiano Marco Pantani. Incluso pasé rápidamente en un plano del reportaje televisual. Podemos verme muy bien en la marea humana de espectadores que se apartan al último momento para dejar pasar el corredor. Ya estaba yo en mi silla y Joce me ayudaba a empujarla. Habíamos alquilado un chalé cerca de los Alpes con Joce y Gerard, personas adorables. Al mismo tiempo aproveché la oportunidad de ir al encuentro de unos ciclistas minusválidos que hacían de nuevo el recorrido del Tour de Francia de los válidos. De hecho, Joce trabajaba para el Comité de minusválidos de Isère, y recuerdo que haciendo mis prácticas en empresa, inmediatamente simpaticé con ella. Necesariamente esto requiere una organización para tratar de hacer coincidir todos estos eventos. Pero en aquellos momentos, me arreglaba mejor por teléfono, y estaba apasionado de ciclismo.
Cuando la pasión está presente, proporciona una bella energía. Hablando con el conductor de un tándem, me conto su caída con un ciego. Me invito a llevarme con él, pero el suyo era demasiado grande, incluso con el sillín bajado al máximo, mis piernas resultaban demasiado cortas para desplegar mi fuerza. Además me contoneaba demasiado. Si hubiera tenido mi tándem, tal vez hubiéramos podido subir los Alpes de Huez. Rodamos unos 5 o 10 km, hice el resto en coche. Patrick Céria llego primero. No es sorprendente. Este es un atleta que ha tenido que hacer un millar de kilómetros. Incluso obtuvo la medalla de oro en los juegos paralímpicos de Atlanta 1996. Como es amputado de tibia, todavía tiene toda su flexión de la rodilla y una pierna entera. A la meta, me confesó que no tenía idea del tiempo de su ascensión. A mi modo de ver, ha tenido que hacer y rehacer esta subida un montón de veces. También había Luc Raoul que montó con una pierna. Tuvo un accidente, con fracturas múltiples, y se quedo con la pierna izquierda tiesa. Aluciné al ver el tamaño de su muslo y de su pierna válida. Él tenía una manivela especial fijada y conectada al pedal de su pierna izquierda, ocasionando un movimiento de péndulo libre. Así él no utilizaba nada más que la fuerza du su pierna derecha. En el coche, yo estaba con los ojos abiertos y admirativos. En la cima de los Alpes d'Huez fuimos recibidos por el alcalde de la ciudad y yo estaba muerto de frio, porque guardé mi traje de ciclista de la mañana. Así que me fui al oficio de turismo a calentarme. Los corredores aprovecharon para cambiarse sin ninguna vergüenza. Empezaron a retirarse sus prótesis, de allí viene la expresión : "tomar su pie" o "a su gusto", es realmente raro ver el muñón de una pierna amputada. A menudo observo que los atletas minusválidos son menos avergonzados para hablar de su discapacidad.
Unos días después, es la llegada del Tour de Francia profesional. Al día siguiente en la meta del pueblo de Bourg Oisans, pasó delante de todos. Yo estoy encaramado en una acera cerca de los corredores, llamo a Marco Pantani para pedirle que venga a tirarse una foto conmigo. La víspera lucho bastante con todos sus oponentes. El los fracasó, más bien los laminó sin resistencia. Hubiese podido rizarle el pelo de algunos espectadores tanto él subía rápidamente. También hay el futuro ganador Jan Ullrich y el maillot verde Erick Zabel. No quise molestar a Richard, porque ya lo vi varias veces. El me conoce, y se recuerda de mí. Lo vi hace unas semanas durante el criterio del Dauphiné Libéré. Yo sabía que el equipo Festina fue alojado en un hotel cerca de mi centro escolar. Pedí permiso a mi consejero de educación para ir a verlo. Muy amablemente accedió ya que estábamos en junio y que el fin del año escolar estaba ya cercano, pero todavía tenía que encontrar un conductor que pudiese llevarme a unos pocos kilómetros. Una vez más una persona adorable me conduzco allí con la gran camioneta, el J8, sólo para mí. Me dejó frente al hotel y me dijo que vendría a recogerme dentro de una hora, no es enorme, pero tuve la oportunidad de hablar un poco con Richard, Christophe Moreau y Didier Rous. Les pedí nada más que una firma para una amiga mía, pues ya tenía yo el autógrafo y una foto con Richard. A pesar de los contratiempos relacionados con el dopaje, Richard es una persona muy buena, es muy humilde en comparación del palmarés que es el suyo.
No se le sube a la cabeza. El día que lo vi, llevaba justo un par de pantalones cortos y una camiseta que revelaba las marcas típicas del bronceado de los ciclistas.
Cuando vivía en el Var a la Garde, él vivía allí, en Carqueiranne, a pocos kilómetros de mi casa. Es como una señal del destino, pues a menudo me encuentro o me cruzo con él, incluso fue padrino de mi primer club Handisport que acogía otros corredores válidos.
Empecé el handbike en diciembre de 99, apenas dos meses después de la vuelta del mediterráneo que tiene etapa en la Seyne sur Mer, distante de unos 20 km de la Garde. Hice una importante salida de 40 km ida y vuelta sin mucho daño. Llegué a la Seyne sur Mer, y traté de acercar a los corredores pero con el handbike no es evidente. Tal vez llegué a mantenerme con los ciclistas que se lanzaran hacia Marsella. Sólo para tener la impresión de que soy un corredor, furtivamente me deslizo entre todos. Los veo alejarse a toda velocidad. Rápidamente me alcanzan los directores deportivos que conducen los coches seguidores y me bocinan al pasar para saludarme, ya que antes me han visto varias veces. Qué genial es!!....
Unas semanas después, me inscribo a mi primer MM (medio maratón) el de Cannes en febrero de 2000. Habrá varios. Soy un poco masoquista para infligirme semejantes pruebas. Un maratón completo es 42,195 km dividido por dos, lo que nos da un medio de 21 km y algo más.
Otro competidor minusválido empezará conmigo, pero tiene una discapacidad con menos desventaja que la mía. Sólo tenía una malformación congénita de las piernas. Las tiene muy pequeñas, pero la parte superior del cuerpo es un cajón cuadrado. Pensé que podría salir y seguirlo, pero me llevé un sagrado golpazo al moral. Sólo lo vi un poco al principio, y cuando nos cruzamos en el paseo marítimo. Puso 1 h 04’ con su silla de Atletismo mientras que yo puse 1 h 20’. Me destrozo completamente.
Con un handbike yo conozco a algunos chicos capaces de correr el medio maratón en 35 minutos. Para competidores con discapacidad, nuestra barrera mítica es un promedio 20 km/h. Cuando se trata de pasar estos límites puedes ser muy bueno, yo estaba bien lejos. Me cegué por el juego. Esta sensación al empezar una carrera, combinación de concentración y de excitación, agitado del frasco (la cabeza), todas estas personas que te aplauden por todo lo largo de la ruta y al llegar a la meta, me dan verdaderamente escalofrío. También existen varias clases de careras sólo reservadas a los handbikers con distancias maratón hasta 150 km con no menos de 100 personas minusválidas originarios de todo el mundo. Entre los ciclistas minusválidos tenemos un calendario como los ciclistas válidos, con varias partidas de la Copa del mundo, Paralímpico, juegos de Campeonato de la Copa Francia, del mundo y otras competiciones.
Poco importa el rendimiento, participar es fundamental. En la ceremonia de entrega de los trofeos, nos hicieron venir al podio. El alcalde de Cannes y el Director de la carrera, con mucho gusto, nos dieron la mano, y a cada uno nos ofrecieron una magnífica copa, que conservo aun con orgullo en una estantería de mi habitación, donde también conservo todos mis trofeos.
En marzo de 2000 me inscribo a mi segundo masoquismo, uso un látigo, calzón de cuero y cadenas, no es una broma! En este de Hyères, realizo el mismo crono que en el de Cannes. Aquí me las averiguo con los vecinos y amigos que me vehiculan. Concentrado conscientemente en mi salida, espero el disparo liberador. Me va pillar la lluvia, afortunadamente sobre una pequeña distancia. A menudo me han dicho que yo me parecía a Richard Virenque, tal vez lo hayan dicho para hacerme placer. Llevo la gorra que me dio cuando corría para el equipo italiano, cuando lo vi en 1999, el día del criterio en el velódromo de Costebelle, después del tour de Francia.
Con esa misma mirada que él tenía durante su memorable victoria en París Tour, su índice en dirección del cielo y una mirada rabiosa. Un buen "pie de la nariz" a todos sus críticos, que se burlaron de él durante tantos años. Siempre ha hecho acto de probidad y es alguien derecho y de buena fe. Apenas unas semanas antes del medio maratón internacional de Niza, tuve un leve accidente en el pie derecho durante el entrenamiento. Me hice bastante daño mientras que descendía con una velocidad de unos 40 km/h. Tropecé con un bache en el camino, y a esa velocidad no perdona. Perdí el control de mi Hanbike y me empotré en un coche, que afortunadamente se encontraba estacionado en el lado.Loco, pasé de 40 a 0km/h en un abrir de ojos. El impacto podría haber sido de otra manera, más catastrófico si hubiese percutido un coche de frente en movimiento. Tuve que llegar a mi casa, en La Garde, todavía unos 10 km con un sacrosanto dolor. El pie azul durante dos meses. Mi fisioterapeuta me aconsejó que hiciera una radio o una ecografía muscular, todavía permanecí con el pie muy adolorido durante varias semanas. Total, no me rompí ningún hueso, acabé justo con un desplazo y una buena elongación. Ahora sé que si un hueso no está afectado, esto puede ser muscular y proporcionar entonces mucho más dolor.
Esta vez fue en Niza. Allí están los Kenianos, y los Etiopianos. No se da uno muy bien cuenta cuando los vemos en la televisión, pero corren como gacelas. Esta vez somos cinco minusválidos. El padrino de la carrera de este año es Vincent Perrot, el presentador de televisión que todavía no he visto. Ya lucho bastante para aferrarme en la línea de salida. Los otros minusválidos ya envían la salsa, y realizo el camino a mi mano. Los otros partieron delante de mí, y ya no los volveré a ver más sino en la línea de meta. Son máquinas. Entre ellos, no presté demasiada atención, pero también iba una mujer, incluso magnifica. De todos modos, una mujer valida o no que hace un poco de deporte, es maravilloso !
En mayo de 2000, me presento, por primera vez a la cadena de Francia 3 Costa Azul, edición del Var. Quería compartir con la gente. A menudo me interpelan al pasar por la carretera algunas personas desconocidas que me reconocen, me animan, me valoran y me hacen sentirme bien. Como una vez, iba atravesando el lugar de la Planquette, un bario vecino cerca de mi casa, un chiquilín me interpela (es el hijo de un jugador de baloncesto de handi-Hyères) y me dice, pero, ¿por qué cogiste la bici de la televisión?". Yo pienso que él no me reconoció porque durante el informe televisivo yo llevaba mis gafas de sol puestas encima de la cabeza. Allí, yo llevaba una gorra de béisbol hacia atrás y las gafas puestas. Me hizo bien reír.
El "Mayo deportivo" se lleva a cabo cada año en La Garde, con eventos deportivos, juegos de baloncesto, balonmano, voleibol, carreras de bicicleta, juego de futbol... En esa época, terminé los 15 km en menos de una hora. Es casi agradable poder cruzar la avenida Sadi Carnot sin tráfico alguno, sin semáforos rojos. Aquí, a mi me gusto mucho.
En el mes de agosto participo a la carrera de "Craurida". La Crau, un pueblo cerca de La Garde. Estoy casi a domicilio. Tomé muy en serio la identificación de la ruta varias veces y así poderme impregnar de todas las curvas, las reactivaciones y los falsos llanos. Circulo mucho durante este verano del 2000. Una pequeña siesta, un buen plato de espaguetis con jamón, un trozo de queso, una fruta y especialmente, un buen café bien fuerte para despertarme. Estaba a más de 150 km por semana. Si tú te entrenas correctamente, el día de la competición es mucho más fácil, "los dedos en las narices"!
El inicio se dio en la oscuridad, a la caída del sol, es mucho más agradable porque en el mes de agosto en el medio del día, hace mucho calor en Provenza. Esta otra vez estoy con otro competidor minusválido, Didier que, como yo, participó al medio maratón de Niza hace unos meses, pero él esta en una silla de atletismo con tres ruedas. Llegó a la carrera una hora antes de la salida. Viene de Marsella. Simpatizamos un poco me familiaricé con él, y aprendí así que él viajaba mucho alrededor del mundo: Japón, Estados Unidos, España. Inflaba los neumáticos de su silla con una bomba a pie, igual que la mía. Me hizo alucinar porque puso sus pies sobre la bomba. Su incapacidad era más leve confrontada a la mía. Por lo tanto le metió una presión de aire de 10 kg, mientras que yo, con un diámetro de ruedas inferior, le pongo nada más que 7 kg, el rendimiento resulta mejor sobre todo en el asfalto.
Un modesto calentamiento, y listo para las 20h y el disparo de pistola. Ambos somos dos discapacitados. Salimos 30 segundos antes de los válidos. En otras salidas de carreras anticipan 10mn o más, como en el maratón de París o en el de Nueva York. Es un recorrido muy rápido, 10 km 3 veces. Apenas he recorrido 2 kms, oigo los espectadores aplaudir y gritar ánimo. ¡Oh gracias, es para mí todo esto! No!, es John Kosgei "La flecha Keniana", que me pilla con sus perseguidores. Estoy a la altura de un restaurante chino con rica fragancia de arroz. John llega detrás de mí a largos pasos, me traga al pasar delante mí y devora la prueba en 29 minutos y 54 segundos.
Los corredores africanos tienen predisposiciones genéticas para tal esfuerzo. Generalmente son muy grandes con piernas cónicas. A demás de eso viven y se entrenan en las alturas, lo que multiplica el número de glóbulos rojos, por lo que aporta una mejor oxigenación para los músculos. Evidentemente, en mi última vuelta por poco percuto a los últimos competidores válidos. Se cortó el tráfico pero había carreristas en todas partes, con 600 corredores no me extraña! Franqueo la línea en decimocuarta posición, es mi plaza, todas las categorías confundidas. Me doy cuenta de que es la mejor marca en mi pequeña carrera deportiva: 35 min a los 10 km, un tiempo bajo comparado con la clasificación que hizo
Didier. Él terminó el recorrido en 25 minutos. Me cuesta un minuto por kilómetro, es decir enorme.
Otra copa más para darme las gracias por mi participación. Didier y yo estamos en el podio y el comentarista nos dad el micrófono. Mis palabras son simplemente: "gracias a todos por vuestros alientos que nos animaron el corazón".
Tengo que regresar a casa situada a 5 km. Afortunadamente tengo un colega que condujo detrás de mí en su coche con los faros encendidos. Él vino a verme con dos amigas, con mi silla y mi bolsa de ropa limpia. Me apañé muy bien, tuve que tomar la ducha cerca de 23h o 23h30. Felicidades. Comienzo ya acariciar un poco la esperanza de vivir esta vida de deportista con la notoriedad que le acompaña. Al menos he tenido la satisfacción de estar en la luz de los proyectores algunos instantes... Cuando terminé la carrera, el público me apoyó y vi un montón de flashes crepitantes a mí alrededor. ¡Qué orgullo! Estaba esperando esto desde mucho tiempo l El día siguiente, apareció mi nombre en el periódico Var Matin...
Febrero de 2001, participo otra vez al medio maratón de Cannes. Esta vez me permito de impulsar un poco más mi velocidad al borde del mar y en los últimos kilómetros. Cambio para "la gran chapa", en la jerga de ciclista corresponde al engranaje más pequeño atrás y el platillo más grande delante, lo que corresponde a la combinación de velocidades la más exigente. Antes pedaleaba con mis piernas, el gran platillo estaba situado a la altura de mis pies y el manillar a la altura de mis manos. En mi handbike de ahora, ruedo con las manos al nivel del los platillos y los pies al nivel de los piñones. ¿Sigues bien el hilo?... Este año mi padre se ha inscrito a los 10 km, algo que yo debía haber hecho porque me encuentro mucho mejor en un 10 km. Otra copa de más. Me doy cuenta de que para hacer viajes, estos se deben preparar con anticipación, porque de todos modos mi nivel no es suficientemente alto. Yo voy más bien a dedicarme a los entrenamientos y continuar a hacerme placer, lo esencial está ahí.
Muchas veces, crucé a algunos imprudentes conductores que no respetaban nada en el código de la carretera: adelantamientos demasiado rápidos, culebrillas, o negación de prioridad. Como yo decía en el Colegio: "Te encontraste el permiso en una caja de detergente en polvo?" De golpe en bola, los incendiaba copiosamente con insultos, tratándolos de aves salvajes, de pescados o de crustáceos tales como: ' bacalao asqueroso!'. O cuando contestaba con un gesto frívolo, honorándoles con mi dedo mediano derecho erigido. De veras, eso me irritaba mucho, loco. Por suerte nunca vi a un automovilista serrar el freno de mano, salir afuera de su coche y venir a pegarme un palizón, sin embargo hubieran podido hacerlo, pues yo circulaba por las carreteras poco frecuentadas, y he tenido suerte...
Con el handbike lanzado a toda velocidad, podía llegar a 30 km/h en lo llano. Un joven jugador de rugby que se entrenaba en el estadio Guy Mocquet se encontraba en mi paso, y tropecé con él. Rodaba bastante en la pista de atletismo, su pobre tibia tiene que recordar el doloroso impacto.
Participé en un duatlón. Estoy asociado a una nadadora que me paso el relevo para realizar un kilómetro de distancia a toda velocidad. Estamos a orillas del agua. El grupo de nadadores se lanza para un corto circuito de 400 m. Ella llega en la arena, corre a toda velocidad hacia mí, y me dad una palmada en el hombro. Tened en cuenta que ella sale del agua en cuarta posición. Sólo fue una formalidad para mí, ya que los otros minusválidos eran todos con sillas de rueda manual y fácilmente los cogí a todos. ¡Mi primera victoria! Llevaba la camiseta del club de La Garde con diversos patrocinadores que eran absolutamente inútiles. Unos pocos días después, un reto colectivo nos esperaba, organizado por el servicio de animación del hospital Renée Sabran en la península de Giens, cerca de Hyères. Cada año es la subida del Mont Faron, "el peñasco" como antiguamente le llamaban los residentes de Toulon. El culmina a 580 m por en cima de la ciudad.
Algunos suben con sillas, cuatro de nosotros en handbike. Periodistas del Var Matin y Francia 3 Costa Azul están presentes para cubrir el evento. Un vehículo de bomberos queda detrás de nosotros para la seguridad en caso de problemas. Salimos por una pendiente cuesta abajo, pero en seguida entramos en el meollo de la cuestión, una cuesta de un promedio de 8% que se extiende sobre 5 km, la carretera que conduce a la cumbre esta en dirección única. Para los que estén algo familiarizados con el ciclismo, hemos tomado la cuesta de la carrera París-Niza.
Por mi parte, generalmente subo por en el lado de la montaña porque el camino es estrecho y allí se sitúa el barranco, y le temo que también me caiga. Yo no estoy inmunizado contra un fallo físico.
Yo no me lo esperaba porque tenía buena velocidad en el descenso, pero las pendientes son empinadas y tengo que ir a mi empuñe. Es inhumano, el dolor del esfuerzo. Me tuerce la boca, y martiriza mis brazos. Trato de inspirar unas buenas bocanadas de oxígeno. Aquí el aire es puro. La contaminación de Toulon se queda abajo. Por tiempo soleado, podemos distinguir una ligera línea de un gris claro. El olor de la naturaleza embalsama mis narices, pinos, robles, cedros, y pronto empiezo a tener las manos en sangre. Con el handbike, en subidas empinadas, es mejor intentar turnar rápidamente las manijas y mantener el ritmo sin soltar, si no es la rueda delantera que patina. El tiempo de desinfectarme las manos y ponerme una venda, menos mal que los otros no van demasiado rápido, y logro superarles rápidamente. Todos los otros minusválidos tienen unas patologías mucho menos grave que la mía. Lo que hay que recordar es el rendimiento, ningún espíritu de desafío, ningún cronómetro en juego. Entre los válidos que nos acompañan, hay Thibault o Steph Mif. Algunos válidos deberían comparar el perjuicio de los discapacitados al subir el Mont Faron.
El motociclista de Francia 3 se fue lejos delante de mí con el operador de cámara. Preferían coger imágenes de Fred, un chico parapléjico que subía con su silla manual, pecho desnudo, con un tatuaje en el hombro, y con una tez bronceada que claro, en la tele, pasa mejor.
Llegamos en la parte superior, los brazos cubiertos de sudor. Estoy un poco aturdido, carbonizado, lavado, enjuagado. Realmente no sé cómo me las arreglé para subir a la cima de este monte con la fuerza de mis brazos, sobre todo delante de los otros minusválidos, más ingeniosos que yo. Nos tomamos el tiempo para hacer un picnic amistoso. Al sur, Toulon y su borde de mar, hacia el norte, las colinas del Revest. El descenso nuestro no los ofrecieron en teleférico.
"No te centres en lo que no puedes hacer, céntrate en lo que puedes hacer".
Diciembre de 2002, encargo mi nuevo handbike venido de Florida. Es realmente una buena idea, con un cilindro neumático para amortiguar todo el peso de mi trasero, mis piernas y mi rueda delantera. En mi vieja bicicleta había sólo un muelle que tuve que reparar varias veces y también cambiar. Estaba en parte compuesto de aluminio, su peso total era de 2 kg de menos que el anterior. Sin embargo, el precio era más alto. Pero es mi pasión y sé que el precio es ínfimo en comparación con el número de kilómetros que me tragaré con avidez.
En 2003, otra vez suscribo en Cannes para los 10 km. Recuerdo que hacia un día muy bueno en este mes de febrero. Me hice placer, alcancé casi los 30 km/h en el paseo marítimo. Había probablemente un poco de viento favorable, lo confieso, es más fácil !
No hubo el medio maratón de Hyères. Los organizadores del "mayo deportivo" redujeron la prueba en carretera a 10 km en vez de los 15 habituales, para abarcar una más amplia gama de niveles , un recorrido llano, ultra propicio para un rendimiento de alta velocidad. Otra vez más me he divertido porque no quisieron registrarme. Participé sin número, incluso me integré al grupo inicialmente a la salida. Me escondí detrás de la fuente de la redonda del ayuntamiento muy cercano y salí un poco delante de los especialistas del macadán.
Estoy tentado por el medio maratón de Niza. Creo que se acabaran las batallas... Tengo que inclinarme, averiguármelas como pueda para poner una rodilla en tierra. Tal vez algún día podría recuperar de nuevo el nivel, pero me hará falta una considerable cantidad de trabajo, y si la enfermedad sigue empeorando, no podré trabajar mis músculos correctamente al 100%. Los beneficios del trabajo muscular no resultaran superiores. Quiero decir que un buen ejercicio muscular es beneficioso para mí entre 70/75% pero tendría que calcularlo, más bien con un especialista que determinaría exactamente el porcentaje. Si un día recuperaba una buena forma física, como en el año 2000... No quiero volver para hacer figuración o salir en los periódicos, y tomar fotos. Eso ya lo hice. No me gusta ese ambiente de brillo, ególatra.
En el medio maratón de Niza, un atleta discapacitado está presente, el también con un handbike. Inicio la carrera con un codo levemente lesionado. Durante mi calentamiento percutí un perro que yo quería evitar, pero me pasé fuera y la caída fue inevitable. Por supuesto grité hacia el dueño, recordándole que es mejor mantenerlo amarrado cuando hay gente.
Partimos unos minutos antes de los válidos. No puedo recordar el nombre del concurrente con discapacidad, pero veo enseguida que tiene una sola pierna. Pasara la línea en 45 minutos. Por mi parte tengo tiempo de efectuar 4 o 5 km. Los corredores de las altas mesetas africanas están soltados como fieras detrás de mí. Tomo las vueltas bien amplias para no estorbarles. Tan amplias que toqué la acera con mi rueda trasera derecha. Nueva caída sin prepararme a ella. Estoy exasperado. Pronto la marca de los 10 km. Pudiera parar aquí, pero no, quiero terminar enteramente el recorrido. Rápidamente los otros corredores más modestos me cogen ya. No miro ni el contador, termino la carrera asqueado...
Realmente empiezo a abandonar un poco. Estoy harto de todas estas investigaciones en busca de los patrocinadores. El club de la Garde me prometió una beca de ayuda para financiar mi nuevo handbike, pero no tuve nada... Había muchos patrocinadores inscritos en la camiseta... Lo siento, pero no llevaré más una camiseta de publicidad gratis. Cuidadosamente la rendí en mano propia a la presidenta del club.
Además la palabra "HANDY-SPORT" fue escrita en mayúsculas, pero escrito con (i) en vez de Y. Qué falta de respeto! Además, todos mis trámites hacia diferentes socios, fueron infructuosos, excepto la A.G.P.A.M. de la Valeta del Var. El Consejo general del Departamento y la mutual verde de Toulon me otorgaron una buena ayuda de 800 euros, me hicieron firmar una contratación de colaboración para mostrarme lo más posible con la publicidad en público. Entrenamientos, carreras, un máximo de fotos, y videos. De todas formas me filmaron muy poco. Tengo sin embargo algunas imágenes personales sacadas con la familia...
Cuando circulaba en tándem habíamos solicitado la asistencia de la caja de seguros Macif. Es muchas veces un camino de cruz y bandera, buscar ayudas con un pequeño nivel. Sin embargo, con un nivel mejor habría una lluvia de patrocinadores. Permanezco sin embargo saliendo, en diferentes revistas especializadas en las incapacidades, Hacer Frente, o Frente al Mistral...
Me encuentro con mi amigo Patrick Moyses. El vino a prepararse una semana en la Costa Azul, antes de regresar a Varese en Italia para participar al medio maratón, que ganará en cerca de 35 minutos. Si es mi mejor tiempo en 10 km, él imagínate la maquina que es. Una imponente estatura, pectorales salientes, hombros y bíceps bien desarrollados. Estuvo acompañado por uno de sus amigos de su club de ASF Mulhouse. En la práctica del handbike se desarrollan especialmente los hombros y tríceps, los bíceps siguen todos los otros músculos que trabajan también en oposición. Es Cyril, un entrenador de deportes quien me lo enseñó. Los abdominales también trabajan, porque debajo hay el diafragma, y la respiración pasa por ahí. Seguí esta práctica para intentar conseguir una mejor ortofonía.
He conocido y experimentado unos años de competición, flirteado con el alto nivel, pero la enfermedad avanza y estoy obligado a desplazarme menos lejos, o incluso mismo en mí barrió y hacer varias veces la misma vuelta. Un día de regreso de una pequeña salida de cercando los 10 kilómetros, justo antes de llegar a casa, había una línea recta con los arbustos que separan el camino de la entrada del edificio. Por lo tanto me sentía muy bien, suelo conseguir una aceleración pequeña al final de mis salidas. De repente me desvié del trayecto y entre en los arbustos. Pero ¿qué pasa? Mi cabeza se negaba a admitir la realidad, pero mi cuerpo no podía seguir. Es la enfermedad que empeora... Me muero una primera vez cuando pongo un término definitivo a mi pasión. Estoy devastado, tanto he tenido un carácter obstinado a no soltar nada por todo el oro del mundo, me duele, lloro de rabia, incluso ahora tengo lágrimas en mis ojos. Para consolarme, pienso mucho en esta citación :
La restricción te delibra y te aporta la única libertad que cuent
- Antoine de Saint-Exupéry -
Bueno, ahora aunque vaya menos lejos que antes, tengo que mantener al máximo los músculos que me quedan. Ahora paseo más a menudo, pero siento eternamente el fuego que se despierta en mí.